Acerca de la espuma de poliuretano

 

La espuma de poliuretano es un material plástico poroso formado por una agregación de burbujas, conocido también por los nombres coloquiales de gomaespuma o gomapluma. Se forma básicamente por la reacción química de dos compuestos, un poliol y un isocianato, aunque su formulación necesita y admite múltiples variantes y aditivos. Dicha reacción libera dióxido de carbono, gas que va formando las burbujas.
Básicamente, y según el sistema de fabricación, se pueden dividir los tipos de espumas de poliuretano en dos tipos:

Espumas en caliente: son las espumas que liberan calor durante su reacción, fabricadas en piezas de gran tamaño, destinadas a ser cortadas posteriormente. Se fabrican en un proceso continuo, mediante un dispositivo llamado espumadora, que básicamente es la unión de varias máquinas, de las cuales la primera es un mezclador, que aporta y mezcla los diferentes compuestos de la mezcla; la segunda es un sistema de cintas sin fin, que arrastra la espuma durante su crecimiento, limitando su crecimiento para darle al bloque la forma deseada; y la parte final de la espumadora es un dispositivo de corte, para cortar el bloque a la longitud deseada. Generalmente son las más utilizadas y conocidas por el público.

Espumas en frío: son aquellas que apenas liberan calor en la reacción, se utilizan para crear piezas a partir de moldes; como rellenos de otros artículos; como aislantes, etc. Se fabrican mediante una espumadora sencilla, que consiste en un dispositivo mezclador.

Características y usos
La espuma de poliuretano es un material muy versátil ya que, según los aditivos y los sistemas de fabricación utilizados, se pueden conseguir características muy distintas y espumas destinadas a usos muy diferentes. Desde los bien conocidos bloques de espuma elástica para colchones hasta espumas casi rígidas para juguetería, automoción o calzados.
Para comparar las distintas espumas se suele utilizar mucho la densidad, pero sólo sirve como elemento comparativo cuando se habla de espumas con la misma composición, ya que distintas fórmulas dan características diferentes. En unas espumas se busca la mayor duración posible, en otras el precio más económico, en otras la transpirabilidad, la capacidad aislante, la facilidad de perfilar o dar forma, la ligereza, etc. La espuma de poliuretano (o gomaespuma) tiene múltiples usos en el mundo actual. Algunos de ellos son:
en colchones como relleno principal o como integrante de los acolchados
en muebles en asientos de sofás y sillas, relleno de acolchados, etc.
en la construcción, como aislante térmico o como relleno
en automoción como elemento principal de salpicaderos, asientos, etc.
en muchos artículos más como juguetes, prendas de vestir, esponjas, calzados, almohadas, cojines, envases y en general todo tipo de acolchados o rellenos.

Para fabricar nuestros futones utilizamos espuma de poliuretano de 20 hasta 28 kg./m3. Eso significa que el futón va a durar y mantenerse armado durante más tiempo, manteniendo su forma y comodidad. Son densidades mediana y alta, optimizando la resistencia y la flexibilidad necesaria para transformar en sofa y cama.

Lamentablemente, con el objeto de bajar costos, la mayoría de los futones que se fabrican en Argentina están hechos con espumas de bajísima densidad, o directamente sin espuma. El problema de la espuma de baja densidad es que no tiene duración. El futón se aplasta y deforma rápidamente. Como la espuma de poliuretano se usa en futones para dar confort y durabilidad, el uso de una espuma de baja densidad resulta en un futón que se deforma y endurece prematuramente. La falta total de espuma lleva esta situación al extremo.

Acerca del algodón

 

En Argentina se produce un algodón de excelente calidad, ya que tiene la mejor combinación de clima y condiciones de suelo para este cultivo.
El origen se ubica en Sudamérica, Asia y África en forma casi simultánea. Existen diferencias botánicas debido a la adaptación a diferentes zonas. Colombia fue un centro productor de esta fibra, por los indígenas Muiscas y Guanes. Es la fibra de semilla más importante, sin lugar a dudas. Los primeros tejidos elaborados con algodón datan del primer milenio antes de Cristo, siendo los más antiguos los de América. En la zona andina, existen tejidos de algodón hallados en Nazca y Paracas, de inmensurable valor. En Japón, el algodón se utiliza desde hace muchos siglos como el mejor relleno para descansar, complementado por los tatamis, que son unas bases de esterilla rellenas de fibras vegetales tamizadas.

Propiedades: Es la más elástica de las fibras vegetales. Con la humedad su resistencia aumenta de un 10 a 120%. Expuesta a aire seco a 144 °C se descompone gradualmente. Es resistente a los álcalis que se usan en diferentes procesos a los que se someten las fibras (jabones y detergentes). Los ácidos fuertes destruyen el algodón. Es resistente a los solventes orgánicos y a los usados en los procesos quitamanchas. Una prolongada exposición al sol amarillea la fibra y la daña, sobre todo con la humedad, motivo por el cual es recomendado guardarlo en lugar seco y oscuro. Además así se evitan también los hongos y las bacterias.

Desmotado: La desmotadora, inventada en 1793 por Eli Whitney, separa la fibra de algodón de semillas y otros materiales extraños antes de embalarla y comercializarla. El diseño funcionó tan bien que apenas ha cambiado desde entonces. Cuando el algodón llega a la planta desmotadora, se carga en el edificio por medio de conductos colocados en los camiones y remolques. En muchos casos, pasa primero por una secadora que reduce el contenido de humedad para facilitar las siguientes operaciones. A continuación pasa a unas máquinas que separan del algodón toda la materia extraña: suciedad, restos de hojas, etc. El algodón limpio entra en las desmotadoras, que separan la fibra de las semillas. Por último, las fibras se empaquetan en fardos.

Listo para viajar: Una vez empaquetado en fardos, el algodón es transportado en grandes camiones hacia los destinos de procesamiento. Así es como nosotros recibimos el material. En este punto hay dos temas críticos: la humedad y los insectos. Si el material ha sido debidamente acopiado y transportado, es evidente al tacto y en su aspecto. Si ha sido expuesto al sol en demasía, la fibra es de color amarillo. Si ha sido atacado por la humedad, el olor es fuerte y pestilente, además de presentar cúmulos de fibra endurecida. Para detectar la presencia de insectos, se toman muestras al azar de todos los fardos, y si se detecta algún bicho, el fardo es automáticamente aislado para limpiarlo.

El próximo proceso es el manteado, es decir, el proceso en el cual la fibra se teje en forma de manta. Este proceso previene la disgregación de la fibra. El algodón tiene fibra corta, y si no fuera tejido en mantas, tendería a separarse, a concentrarse en los bordes del futón, dejando vacías las zonas alrededor de las costuras y áreas que reciben la mayor carga. La manta se teje con una apertura equilibrada, ni tan cerrada que sea demasiado sólida, ni tan abierta para que se desarme con facilidad. Además, la apertura de la fibra va a dar lugar al aire para que al alojarse entre las fibras, actúe como regulador de temperatura.

Las mantas se superponen hasta lograr el espesor deseado. El promedio de peso de un futón de 2 plazas es de 25 Kg. Se pueden agregar placas de espuma de poliuretano (recomendamos las de tipo soft, por ser resistentes a las impresiones), placas de látex, resortes o espuma de látex, especialmente para personas pesadas. En esta etapa también se extraen muestras al azar para comprobar la presencia de insectos. Para los más exquisitos, se pueden agregar flores o hierbas secas y aceites esenciales que actúan según los principios de aromaterapia, relajando, energizando y armonizando.

Reciclado: Actualmente los futones se fabrican con algodón reciclado. Las grandes dificultades ambientales exigen el uso de reciclados, ya que disminuyen el impacto negativo de todos los procesos del cultivo y su posterior industrialización. Las fibras conservan la mayoría de sus características, y su combinación con otras fibras en el proceso de cardado mejoran notablemente la calidad de la manta, al mismo tiempo de que cuidamos a nuestro ambiente.

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